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miércoles, 21 de septiembre de 2011

Prólogo y Primer capítulo de "The Guardian"

Prólogo
"Te gustó el infierno?"

Seth miró hacia arriba entre mechones cubiertos de sangre de su cabello castaño, para gruñir ante el sonido de una voz que no había escuchado en siglos.

Noir.

Dios Primario.

Señor de todas las cosas oscuras y letales.

Hijo de puta de primera.

Respondería a esa pregunta tonta, pero le habían cerrado la boca con un cerrojo los demonios que lo habían estado torturando por los últimos...

Ah, mierda, quién podia contar tan alto? Y por qué alguien querría hacerlo cuando cada latido del corazón traía un dolor tan profundo que ya no recordaba vivir sin él? Claro que, durante los siglos, el dolor se había vuelto su propia fuente de placer.

Si, estoy más loco que Noir.


Con el cerrojo puesto, no podía halar. No es que lo quisiera hacer. Nunca le dio a ninguno la satisfacción de escucharlo suplicar o llorar. Sólo una persona lo hizo suplicar y aun después de un milenio, su las burlas y condena de padre adoptivo todavía hacían eco en sus oídos.

Que se maten. El ya no era un nuño, y moriría antes de humillarse nuevamente pidiendo por algo que sabía que no recibiría.


Pero habría insultado a Noir si hubiera podido hacerlo. Pero como estaban las cosas, todo lo que podía hacer era mirar con odio al ser milenario y desear poseer sus poderes intactos para traerles plena miseria a todos ellos.

Con casi dos metros diez de alto, Noir hacia que los demonios a su alrededor temblaran de miedo. Con su traje negro inmaculado y su camisa blanca y liviana se veía fuera de lugar en la habitación fría y oscura - una habitación con paredes que estaban salpicadas con las sangre de Seth.

Noir estiró la mano y lo palmeó en el cachete como si fuera un cachorro obediente. "Mmm. Tengo que decir que el infierno no te sienta bien. Te he visto al menos un poco mejor que en este estado patético."

"Andá a cagar," le dijo Seth, pero sus palabras eran indescifrables. El cerrojo no le dejaba mover su boca ni lengua. Todo lo que hizo fue causarle una ola de dolor enloquecedor que lo atravesó.

Como si lo necesitara.

Noir arqueó una ceja. "Gracias? No piedo imaginar que me estés agradeciendo por esta miseria. Sos un enfermo, no?"

Seth molió sus dientes. El tono jocoso de en los ojos negros de Noir le dijo que el cerdo solo lo había dicho para romperle las bolas.

Funcionó. No que Noir tuviera que hacer un esfuerzo para lograrlo. El solo hecho... Seth no podía pensar un insulto lo suficientemente malo para describir lo que pensaba ...de que Noir estuviera vivo le ponía los nervios de punta.

Noir miró a su alrededor a los otros. "Váyanse."

Podia ese tono ser más dominante?

Oh si, esperen. Estamos hablando de Noir. Claro que si.

Y el Dios milenario no tuvo que decirlo dos veces. Los demonios desaparecieron inmediatamente, aterradosd de que la furia de Noir les otorgara la misma "hospitalidad" que le había mostrado a Seth. Después de todo, en algún momento Seth fue la mascota más amada de Noir- una que malcriaba con regalos, después de torturarlo.

El Dios Oscuro nunca había podido soportar a los demonios que le servían.

Si pudiera, yo también me iría.

Seth envidiaba esa liberdad mientras su cuerpo desnudo colgaba del techo, con sus manos encadenadas sobre su cabeza. Había estado en esta posición por tanto tiempo que los huesos de sus muñecas sobresalían entre los cortes que las esposas le habían causado en su piel.

Estaba seguro que eso dolía, pero como el dolor se mezclaba con el de todas sus otras heridas ya no odia distinguir dónde comenzaba uno y terminabla el otro. Quién habría dicho que la tortura tendría sus beneficios?

Una vez que estuvieron solos, Noir se paró nuevamente frente a él con un gruñido que era tan impresionante como gélido. "Tengo una proposición para vos. Estás interesado?"

Ni un poquito. Ya había tenido demasiados tratos. No se podía confiar en nadie que mantuviera su parte del trato. Que Noir se queme las bolas en algún agujero infernal por ahi.

Hasta los Dioses sabían que en este lugar, no tendría que ir demasiado lejos para encontrar uno de esos.

Seth miró hacia otro lado.

Noir chistó. "No tenés opción excepto obedecerme, esclavo. Soy tu dueño."

Y eso lo carcomió más que los parásitos carnívoros que los demonios le tiraban en sus heridas. Váyanse a cagar. Su propia familia lo había vendido a Noir cuando no era más que un niño. Era algo que nunca nadie le dejaba olvidar.

Como si pudiera.

Noir enterró su mano en el cabellos de Seth y tiró con fuerza. Esa acción causó que el cerrojo se clavara más profundamente en su garganta y en su lengua.

El dolor repentino hizo que los ojos se le humedecieran en protesta mientras sus viejas heridas se reabrían y causaban que la sangre le llenara la boca.

Quizás esta vez lograría ahogarse. Pero sabía la triste verdad. Él era inmortal. La muerte nunca lo salvaría de esta miseria, como tampoco lo había salvado de su violento pasado.

Su única forma de escapar sería la misericordia de la que Noir carecía.

Noir apretó su puño sobre la cabeza de Seth, tirando todavía más fuerte de su cabello. "Necesito tus servicios especiales."

Tengo necesidad de tener tu corazón negro en el puño.

El bastardo sonrió como si hubiera podido escuchar su pensamiento. "Si esta vez fallás, puedo asegurarte que tu próxima temporada en este lugar va a hacer que esta parezca un paraíso. Me entendés?"

Seth se rehusó a responder.

Noir le arrancó un mechón al soltarlo. El dolor le transpasó el cuero cabelludo, causando que los parásitos en su cuerpo lo mordieran con más ferocidad mientras se movían hacia la herida fresca.

La respiración de Seth se tornó harapienta al trabar la mandíbula para no gemir de la agonía que sentía. Cerró sus ojos con fuerza y lucho contra la ola dolor que le causaría quedar inconciente. Eso solo haría que lo maltrataran todavía más si se desmayaba.

No te desmayes, idiota. Concentrate...

Mierda, quedate despierto!

El agarró sus cadenas mientras su visión se nublaba. "Vas a hacer que me sienta orgulloso y obtenga lo que necesito, o..."

Noir no terminó la amenaza. No tuvo que hacerlo

Ambos eran más que concientes de que Seth haría cualquier cosa para evitar volver a este patético estado de su existencia. A pesar de toda su resistencia, la cruda verdad era obvia.

Su crueldad lo había quebrantado.

Y él nunca sería el mismo.

No quedaba nada dentro de él excepto una rabia tan proufunda, tan intensa, que podía saborearla. Esa furia mezclada con el hierro del cerrojo, y sangre - era todo lo que había tenido como sustento estos últimos siglos.

La sonrisa de Noir se volvió genuina. "Sabía que entrarías en razón eventualmente." Él chasqueó los dedos.

Las esposas en las manos de Seth se rompieron. Él cayó desde el techo para aterrizar en sus piernas. Pero siglos de abusos y de no usarlas hicieron que no pudieran soportar su peso.

Él cayó al piso donde quedó tan débil que ni siquiera pudo levantar su cabeza. No había una parte de su cuerpo que funcionara. Había pasado tanto tiempo desde que había usado sus músculos.

Noir lo pateó en el estómago lo suficientemente fuerte como para darlo vuelta, sobre su espalda. Frunciendo los labios recorrió a Seth con una mirada de desprecio. "Sos asqueroso, perro patétioco. Andá a lavarte." Luego se desvaneció en la oscuridad.

Seth se quedó en el piso, sin poder abrir la boca por el cerrojo. Pestaneando con fuerza, miró su sangre en las paredes a su alrededor. Las sombras hacían que las manchas de sangre bailaran. Y allí vio la silueta de su cuerpo desnudo y lastimado.

Todo porque habia hecho un trato estúpido con la única persona que alguna vez había llamado amigo.

Nunca más seré así de estúpido.

Porque nadie lo había ayudado. Ni una vez. En todo este tiempo. Ni una sola entidad había venido a ofrecerle ninguna clase de compasión o consuelo...mucho menos una disculpa.

Un sorbo de agua...

Esa también sería una lección que nunca olvidaría.

Lo que sea que le pidiera Noir, lo haría. Sin cuestionarlo. Sin misericordia. Cualquier cosa para no volver a este lugar y volver a ser lastimado.

Solo un minuto de paz...por favor. Era mucho pedir?

Habiendo tomado esa decisión, se preparó para una nueva oleada de dolor mientras se levantó sobre sus extremidades temblando mientras sentía que sus poderes finalmente volviendo. Con cada latido él se hacía más fuerte. Aun así, no tendría toda su fuerza.

Jamás.

Noir nunca lo había permitido. Y tanto él como Azura lo drenaban cuando se hacía demasiado poderoso.

Pero ya tenía los suficientes como para vestirse y pararse erguido, aunque sus piernas todavía no estaban del todo firmes. Y cuando los demonios volvieron, él les dio su merecido.

Le rogaron por clemencia. Pero ya le quedaba nada. No después de que ellos violaron sin piedad cada parte de él al punto en que no podía recordan un momento cuando su cuerpo no doliera por la tortura. Minuto tras minuto, por siglos y siglos, brutalmente le robaron lo que le quedaba de la humanidad que alguna vez había poseído.

No volverían a quitarle nada, y el nunca jamás volvería a confiar en alguien más. Sin importar qué. Que los Dioses ayudaran a quien sea que Nior le pidiera perseguir.

Porque él no sentiría lastima por ellos. Jamás.



 Capitulo 1:
Para Lydia, el infierno era la oscuridad que la rodeaba que hacía eco con los gritos de los condenados siendo torturados. No era sólo sus miserias o sus súplicas de piedad a quienes no les importaba lo que lo hacía tan malo, era los recuerdos que esos gritos conjuraban. El terror de algo en lo que no quería volver a pensar nuevamente. Enterrados hace mucho tiempo esos recuerdos de una noche en particular y las heridas sangrantes que exponían todavía podían ponerla de rodillas.

No pienses en eso.
Pero cómo no pensar? Esa noche había sido la última noche que tuvo una familia que la amó. Entonces, como ahora, sólo había podido ver la oscuridad opresiva que le hacía doler los ojos. La oscuridad la había aprisionado tan fuerte que pensaba que estaba ciega y muda. Y cuando finalmente pudo librarse de ella, todo lo que encontró fue sangre y terror
Ya no eres una niña.
No, ella era un chacal. Más que eso, una guerrera bien entrenada con mil años de arduos entrenamientos de combate. No había un alma en Azmodea que pudiera lastimarla.
Te olvidaste de Noir.
Bueno, solo una.
Y Azura?
Okay, dos… Tuvo experiencias peores, más veces de las que podía contar.
Si, pero no tenían los poderes de un Dios Primario.
Conciencia? Estás tratando de volverme una cobarde?
Estoy tratando de inculcarte sentido común. No hemos sobrevivido durante tanto tiempo siendo estúpidas, no con toda la gente que quiere matarnos.
Y por qué? Por un amigo? Qué clase de idiota eres?
Aparentemente una fuente constante de estupidez. Si fuera cualquier otra persona excepto Solin atrapado aquí, ella jamás habría aceptado hacer esto.
Pero ella le debía tanto. Él la había aceptado cuando nadie más lo hubiera hecho. Él la había entrenado y había permanecido junto a ella. Le había enseñado cómo sobrevivir y cómo pelear. Sin él, ella podría estar muerta ahora.
Inclusive Solin te diría que eres una estúpida por hacer esto.
Sí, lo haría.
La bondad es una fruta podrida que envenena a cualquiera que la toque. Tirársela a tus enemigos y deja que los arruine a ellos. Cuantas veces se lo había oído decir?
Aún así, a pesar del odio que llevaba y vociferaba, la crió como una hija querida. Nunca, ni una sola vez él había sido avaro con su amor, paciencia o bondad.
La personalidad humana es definida por sus inconsistencias.

Otra de las frases favoritas de Solin.
Es lo que nos hace únicos e irrepetibles.
El sonido de su voz en su cabeza era suficiente para hacerla sonreir a pesar del peligro en el que se encontraba.
Tengo que encontrarlo.
Él vendría por ella si ella lo necesitara.
Lydia se congeló mientras su oído privilegiado detectó un leve sonido a su izquierda. Sus fosas nasales se ensancharon mientras registraron un nuevo aroma.
Demonio masculino.
Cerca.
No respires, no respires…
No porque ella no quería ser detectada. Pero porque el mal olor sería terrible para un humano. Para un were hunter híbrido era más que doloroso. Ella se tapó la nariz para bloquearlo con antelación. Aún así podía olerlo.
Se bañaban en una laguna de mierda? Qué hacía que tantos demonios tuvieran un olor tan nauseabundo?
“Mmm…qué tenemos aquí? No me di cuenta que había llegado el delivery. Es muy dulce de tu parte…” sus palabras se detuvieron cuando ella lo agarró de la garganta.
Morir por mi. Ella terminó su oración en su cabeza. Pero cuando se movió para clavarle un cuchillo, él se destelló fuera de su alcance.
Mierda!
Lydia se dio vuelta en la oscuridad, tratando de dares cuenta dónde estaba parada. Ya no podía olerlo o escucharlo
Un grito agudo ahogó los llantos de los demás. Ella se puso las manos sobre los oídos.
Justo lo que necesitaba. Tímpanos sangrantes. Entonces el grito se hizo todavía más fuerte.
Estaba acercándose.
Algo duro le pegó en la espalda, tumbándola.
Aunque la estaba matando, ella bajó la mano para sacar la otra daga. Aquí demonio…ven a probar el acero.
Algo que se deslizaba se movió a su derecha. Ella intento alcanzarlo, dando cuchilladas al aire esperando alcanzar al enemigo que estaba ahí.
En vez de hacerlo sangrar, ella derramó su propia sangre al chocarse con una puerta. Hijo de…susurró en medio del dolor que explotaba en su cabeza. Sangre cayó de su nariz. Ella pateó la puerta de la bronca.
Para su sorpresa, se abrió, haciendo rechinar las bisagras. La luz se derramó en el pequeño espacio, cegándola temporalmente. Ella parpadeó hasta que sus ojos se ajustaron, luego frunció el ceño al ver algunos de los tubos fluorescentes que iluminaban el lugar. Qué extraño. Le recordaba a una pulsera luminosa, pero este líquido era más espeso y de un color azul brillante.
Ahora que podía ver con claridad parecía que las paredes sangraban. Ella frunció la boca del asco. Qué era eso?
Apuesto a que es lo que apesta.
Nah, solamente el olor a pie sucio de demonio podía ser tan asqueroso. Y hablando de demonios, el demonio con el que estaba peleando parecía haber desaparecido.
Dónde estás?
Dónde estaría Solin? Ella había tratado en varias ocasiones de usar su telepatía para contactarlos, pero lo que sea que estuviera aprisionándolo de alguna forma había bloqueado esa habilidad. Ella ni siquiera podía alcanzarlo a través de los sueños. Lo cual, dados los poderes de ambos, no debería haber sido un problema
Ella odiaba sentirse completamente sola. Le recordaba esas semanas en su niñez cuando no tenía a nadie.
Siempre estamos solos. Podes estar en una habitación llena de personas y aún así sentir la soledad. Personalmente, creo que es peor cuando tenés gente alrededor. Otra de las cosas en las que Solin siempre insistía.
Ella dio vuelta una esquina y se quedó petrificada. El demonio oloroso había vuelto. Y había traído amigos con él…
Muchos amigos. Quizás dos o tres docenas. Y cuando la vieron, sus ojos se encendieron e irradiaron un color todavía más intenso que el de los tubos. Era como si se estuvieran salivando.
Corre!
Ella no era una cobarde, pero solamente un tonto se enfrentaría a tantos demonios solo. Y ella no era ninguna tonta. Después de lanzarle su daga al más alto de todos, se dio vuelta y corrió en dirección opuesta. Solo esperaba que el cuchillo hubiera dado en el blando. Pero no iba a quedarse a esperar para averiguarlo.
Primera regla en una persecución. Nunca mires hacia atrás.
En vez de eso, ella bajó la cabeza y siguió corriendo. Ella dobló en una esquina y se metió en otro pasillo. Aquí la luz no era tan brillante, pero era lo suficiente como para ver donde estaban las paredes y las puertas.
Desafortunadamente, no le dejaba ver el piso. O la cosa con la que se tropezó.
Por un momento, ella voló por el aire hasta que cayó de cara al piso. Agua podrida le salpicó la cara mientras el dolor le hacía latir la rodilla, el estómago y la mejilla.
Ella hizo un esfuerzo para levantarse y secarse el agua podrida y la sangre. Aunque dolía, se forzó a seguir corriendo.
Andate.
Ella podía huir y volver más tarde para buscarlo. Al menos eso fue lo que pensó hasta que escuchó algo familiar detrás de la puerta a su izquierda.
“La concha de tu madre, vos y tu pequeña perra.”
Solin. Ella reconocería ese tono irónico y ese acento griego en cualquier parte. Sonriendo a pesar del dolor, ella abrió la puerta, lista para pelear.
Para lo que no estaba lista era para el gigante….no sé qué cosa era que estaba tratando de comérselo. Una masa de piel verde oscura con marcas rojas, el demonio se dio vuelta hacia ella.
Y este si se relamió mientras sus ojos amarillos la paralizaron con una mirada sagaz que le revolvió el estómago.
Ni en tus sueños idiota.
“Lydia?” Solin preguntó sin poder creerlo. Le habían pegado tanto que si no fuera por su voz, ella jamás habría podido identificarlo. “Nena, que estás haciendo? Salí de acá mientras puedas.”
No me voy sin vos. Le proyectó. “Te eduqué mejor que esto. Aplica la primera regla para sobrevivir.”
Salvate tú antes de salvar a alguien más. Ella lo sabía bien. Pero alguien que seguía esa regla no podía decirle al rescatista que se fuera antes de salvarlo.
Típico de Solin.
Alzando su cuchillo, ella se acercó al demonio. Él se movió mucho más rápido que lo que algo de semejante tamaño debería poder moverse. Con un giro impresionante, él esquivó su ataque completamente y la agarró desde atrás.
Ella trató de liberarse de su agarre. Era como ahogarse en gelatina pegajosa.
Él se rio ante sus intentos fallidos. Como si no fuera lo suficientemente malo, le lamió la mejilla. “Qué bocado más apetitoso que eres.”
Ella se encogió del asco. Por todos los dioses, ninguno de ustedes escuchó hablar de las pastillas de menta"
Mentos podría fabricar pastillas acá abajo.
Ella le pegó un cabezazo cuando llevó a cabeza hacia atrás y al menos esta vez lo hizo gemir del dolor.
“Vas a pagar por eso.” Él la levantó en el aire y la tiró contra el piso.
Lydia se puso de pie, e hizo una mueca de dolor al tremendo dolor que se esparcía por su cuerpo.
“No hagas esto, Dee. No lo hagas.”
Ella ignoró a Solin, mientras con el demonio hacían círculos alrededor del otro. Justo cuando se preparó para atacarlo, el demonio se desvaneció ante sus ojos. Ella se dio vuelta para buscarlo, pero antes de que pudiera respirar, el apareció detrás de ella y la pateó contra la pared.
Más agonía recorrió su cuerpo, disminuyendo su visión. El demonio la atrapó.
“Todo se terminó para vos, gatita.” El intensifico su apriete, exprimiendo lo último del aire en sus pulmones.
Sus oídos comenzaron a zumbar.
Justo cuando estaba segura que él la mataría, escuchó un grito fuerte que resonó en las paredes. “Suéltala. Ahora.”
Definitivamente no era Solin. Esa voz grave era única.
El demonio la dejó ir y dio un paso hacia atrás.
Tosiendo, ella se dio vuelta, poniendo su espalda contra la pared para enfrentar a esta nueva criatura. Ella se secó la transpiración de sus ojos y se enfocó en la puerta.
No lo puedo creer…No hay más nada que pueda hacer.


Gracias a Rito de Sangre

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